ADN Energético

La culpabilidad


Escrito basado en la escena de la película: “Capote”. El Sr. Capote dijo: “Sabes, no somos tan diferentes como imaginas…”, en la escena que habla con Perry.

«Sabes, no somos tan diferentes como imaginas…”

Un profundo dolor comienza a desplomarse en la espera de una respuesta, no sin antes poder desahogarse, en una interacción similar de heridas provocadas por seres queridos.

El devenir de un hombre marcado por el dolor frustrante de un pasado lo conduce a la culpabilidad, la cual se adueña de una mente llena de preguntas, sin embargo, un alto arrepentimiento de miradas cautelosas expresan sus sentimientos.

No es fácil comprender las circunstancias, los detalles vividos, ni mucho menos los pensamientos y sensaciones internas de aquellos que tapan con silencio los hechos.

La vida no consiste en una negación para individuos conscientes o no conscientes de sus actos, nadie puede abarcar la noesis arrastrada hacia la muerte, aún menos de forma injusta violando los derechos de vivir.

Cuando el escuchar se comienza a transformar en lo primordial, la comprensión nos lleva al lugar de otra persona, la sensibilidad se derrama en nuestros corazones y sucede algo revolucionario…

La doxa puede tornarse tolerable al punto de establecer acuerdos, no juzgando ni señalando, no midiendo con esos ojos que pronto pueden tirarnos puñales, sino cumpliendo leyes reales de un libro sagrado.

Un profundo aprecio comenzó a subir niveles (para muchos cuestionables), tolerando cada incomodidad con amor, no buscando el interés individual, sino colectivo. El amor no vale tanto por lo que se diga, aunque a veces su manifestación es clara en su voz. Si los actos buscan un mutuo acuerdo con este entonces la promesa definitivamente se cumple.

Si bien es cierto que tolerar es respetar, también es cierto que opinar y hablar es saber actuar y ayudar porque las mejores decisiones se encuentran en nuestras actitudes.

No se puede compartir con la indiferencia y la ignorancia en un mundo que poco a poco se vuelve anarquía, dejando la sabiduría y el amor de lado. Somos seres humanos propensos a cometer cualquier error, así como recibir un perdón…

Los verdaderos valientes no son los que buscan vanagloria o riquezas, ni mucho menos venganza, sino aquellos que buscan la justicia sabiamente en beneficio de la víctima que puede haber causado algún daño.

Muchas veces tratamos de lograr el bien, buscando estrategias y planeando con delicadeza el contenido de la defensa, aunque muchas veces no recibamos la certeza de lo que se espera.

Las apariencias nos hacen hablar mal, pero la esencia es la que recibirá el premio. La esperanza se plasmará cuando descubramos la verdad de los hechos y causas de alguien protagonista de una historia, de un caso, de una vida… De algo.

El éxito no está en pensar el pasado y continuar recordándolo con dolor y confusión, sino en una población dispuesta a leer una injusticia que puede convertirse en justicia… Lo correcto logra el cambio de pensamiento y el amor, la comprensión y perdón. Tal vez con ese perdón llegará su redención.

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