Retsé

Historia XIII. Detectives en escena


Casi de inmediato, y antes de que llegara la prensa, Divad, Jadá y yo nos apresuramos con el Israel Defense Forces para cruzar Jordania. Lo bueno es que no estaba sola. Divad me protegía y sin duda me apoyaba, al igual que los demás. Éramos muchos ese día. Tomamos varios autos para viajar hasta este país. ¿Por qué Jordania? Bueno porque era el país más cercano, necesitábamos paz para procesar todo y así planear bien la búsqueda.

Que día más extraño. No sabíamos que ocurría, como siempre. Estábamos desconcertados de movimientos tan inesperados. Por supuesto que parecía interesantísimo, sobre todo porque una persona como yo ama la aventura, los problemas, los conflictos. Claro, no es que los busque, pero definitivamente ellos me encuentran. Me persiguen como si supieran que amo el desafío. Lo interesante es que no son problemas que me angustien y desesperen, se trata más de asuntos externos, particulares a mí, pero de una u otra manera me envuelven, algo así como misiones diarias. Y eso, eso me enamora porque puedo ayudar. Así soy yo.

Siempre trato de reflexionar, sobre todo cuando voy a viajar. Me relaja hacerlo. Después de una estrategia de segundos, todo parecía haber funcionado. Se logró detener el crecimiento del muro, pero en realidad YO había metido la pata. Arriesgué mucho mi vida porque al intentar teletransportarme para proveer de agua, estuve muy cerca muy cerca del peligro. La explosión que se efectuó, tocó mi cuerpo, la electricidad me tocó. Hubo un contacto muy claro entre la electricidad y el agua. No era del todo malo, pero eso en definitiva realizó algún tipo de cambio o efecto. Espero que Divad no me regañe, debía en algún momento explicarle.

Historia XIII. Retsé. Detectives en escena. Parte I

— ¿Ahora qué? Creo que aún hay mucho trabajo. Esto apenas está iniciando, dijo Jadá, muy convencida.

— Sí, bueno, no. Bueno sí. Ay no sé cómo seguir. Está claro que hay una clase de “enemigo”. ¿Acaso un muro es algo divertido? ¿Acaso no representa únicamente una división, un problema? No es nada estético. ¿Qué es esta clase de comportamiento? Me cansa todo, me enoja. Solo quiero que vivamos como seres humanos que somos.

Yo estaba muy muy enojada con quien quiera que fuera. Creo que ya era suficiente. No me explicaba por qué siempre debía suceder algo así, donde la paz no podía definirse, únicamente ensuciaban su concepto e invertían siempre cantidades de dinero en busca de un antídoto o lo que fuera para traer una paz definitiva.

— Retsé, tranquila. Todos estamos furiosos, pero no podemos dejar que esto nos domine. No solo estaríamos contaminando nuestros pensamientos, pero también obstaculizaríamos los planes. Eso era un poco de la sabiduría de Divad.

— Ya casi llegamos a la frontera entre Jordania e Israel, nos recalcó Jadá. Recuerden que Jordania es un país árabe-musulmán y aunque exista un tratado de paz entre ambos países firmado el 6 de octubre de 1994, no todo es color de rosas. Aún hay muchas tensiones en medio. El Ministerio de Exteriores de Israel siempre nos alerta sobre la visita a cualquier país árabe. Debemos tratar de no llevar algo que nos delate como judíos, así será menos peligroso.

— Retsé, recuerda que ese tratado fue firmado en Aravá, es una ciudad fronteriza entre el desierto del Néguev de Israel y el sur de Jordania. Según el Antiguo Testamento, allí pasó el pueblo hebreo, el éxodo de Egipto. Divad lo explicó con mucha pasión.

Uno de los soldados sacó su mapa, quería enseñarnos como era Jordania, su territorio, su historia, los puntos claves. Su nombre era Ariel que significa león en hebreo. Muy interesante, el carro estaba cargado de leones, bueno solo Divad y él, pero ya era más que suficiente. Este Ariel era bastante grande, fuerte y muy inteligente. Él era el líder del equipo, conocía muy bien la historia y también el campo de batalla, cómo defenderse y cómo sobrevivir.

Historia XIII. Retsé. Detectives en escena. Parte II

Yo estaba prestando mucha atención, me gustaba escuchar, aprender, hablar, pero amo preguntar y tenía una duda muy importante, así que proseguí:

— Perdón que los interrumpa, pero andamos con los uniformes y estamos muy muy cerca. Vamos a cruzar así no más. ¿Entonces cómo lo explicamos?, pregunté yo.

— Cierto, tienes razón. Tranquila que hablaremos con ellos, y bueno, como representantes del Israel Defense Forces, la negociación será más sencilla. Eso está en nuestras manos, explicó Jadá.

Ya habíamos llegado a la frontera. Primero nos dejaron pasar muy bien porque los judíos que controlaban el paso sabían que nos acompañaba el Israel Defense Forces, pero luego, en piso jordano, debimos pasar por muchos controles en la carretera. Había que detenerse y presentarse ante la seguridad para chequear TODO y a TODOS.

Eso tomó un tiempo. Nos hicieron muchas preguntas, y bueno, fue más que un obstáculo porque al bajarme, todos vieron mi collar de olivos, muy muy curiosos. No sé qué dudas despertaron, pero me interrogaron básicamente a mí. El uniforme no funcionó de mucho.

Historia XIII. Retsé. Detectives en escena. Parte III

Nuestras caras estaban pálidas y tragamos mucha mucha saliva. Yo estaba sobre todo esperando que acabaran con esa extrema seguridad.

En realidad me sentía mareada y como si mi cuerpo no pudiese responder, los movimientos no estaban fluidos, habían trabas.

No aguanté más y me desmayé, escuchando música, un saxofón con violines muy cerca. Ariel me tomó en sus brazos y la música se hizo más notable, la melodía disparó y nos rodeó con adrenalina.

Un olor a sangre se expandió en el centro y a los lados. Era realmente fuerte. Todo salía de mí cuerpo.

— ¡Ariel rápido! Toma a Retsé. Todos a los autos, gritó Divad.

Historia XIII. Retsé. Detectives en escena. Parte IV

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