ADN Energético

DAEMON MERIDIANUS. Carta III (por Jorge Cubero)


Les dejamos la tercera carta de  “Daemon Meridianus” o “Demonio Meridiano”. Recuerden que este cuento se refiere a la pérdida de la magia y fantasía en la edad adulta, y el autor a través del escrito intenta debatirlo…

Jorge Cubero. Carta III

Carta III

Sofía en el bosque 

Sofía, una pequeña niña de 10 años se encontraba sentada en el pasto verde de una montaña junto a su padre. Mientras su madre recogía flores no muy lejos de ahí, su padre se quedó dormido. La niña estaba encantada viendo un atardecer impresionante. El cielo encendido en llamas resplandecía alrededor de una perfecta forma circular que parecía sumergirse en el horizonte hasta desaparecer en el infinito. Sofía nunca había visto el sol de esa manera y nunca más lo olvidaría.

El padre de Sofía no mucho después despertó muy preocupado, había perdido la noción del tiempo y estaban bastante lejos de la calle. Tomó de la mano a la niña mientras le decía a su esposa que ya era muy tarde y que si anochecía les iba a costar mucho encontrar la ruta. Corrieron muy rápido, pero por más que lo intentaron les sorprendió la noche.

Entonces de repente se escucharon los gritos de su madre:

— ¡Corre, corre, Sofía! No mires para atrás.

Sofía muy asustada corría y corría sin darse cuenta que ya no se escuchaba la voz de su madre. Extrañamente de reojo sentía la presencia de algo que la perseguía, pudo percibir entre la oscuridad de la noche la figura de una anciana que saltaba entre los árboles, y cuando se percató de ésto, cayó desmayada al suelo.

Al despertar, el bosque se encontraba iluminado por una enorme luna llena. Sofía se puso de pie, y vio al lado suyo una especie de sendero que se podía apreciar muy claramente por efecto de la luz de luna. Empezó a caminar esperando encontrar alguna salida del bosque en el que se encontraba perdida.

Caminó por un rato hasta observar una enorme casona de campo. Corrió lo más rápido que pudo, esperando que alguien pudiera mostrarle cómo regresar a su casa.

Al estar solo a unos metros del corredor principal, vio que la casona se encontraba completamente a oscuras, únicamente había una extraña luz parecida a una vela y ésta se desplazaba adentro como husmeando de habitación en habitación. Al lado de la puerta principal había alguien similar a una mujer mulata de mediana edad y balanceándose en una mecedora.

Sofía se acercó muy lentamente, con más miedo que otra cosa y le preguntó muy respetuosamente si le podía ayudar. La mujer la miró a la cara y le dijo:

— Yo sé muy bien quién eres. Es muy importante que estés aquí. En realidad ya otras personas han venido antes, pero tú pareces ser diferente. Déjame verte más de cerca.

La mujer tomó la cara de Sofía, vio con sus profundos ojos cafés que no era una niña como las demás y le dijo muy confiada:

— Tú si lo vas a lograr porque tienes lo necesario. Dentro de esta casa hay cuatro seres sabios quienes te mostrarán la manera de salir de este predicamento. Escúchalos con mucha atención, ellos guardan mucha sabiduría en sus palabras. El primero se hace llamar Rafael, se encuentra en la parte Este de la casa. Al Oeste se encuentra Miguel, subiendo las escaleras, al Norte, encontrarás a Samuel y al Sur a Daniel.

Al escuchar el nombre de Daniel, Sofía levantó la ceja, pareciéndole familiar.

—¿Puedo preguntar primero a Daniel?

La mujer dijo que no importaba siempre y cuando escuchara con atención lo que cada uno de los seres le tenía que decir.

Sofía caminó a la puerta y entró a la casona. Extrañamente se veía muy iluminada por enormes ventanas, cortinas abiertas y la luna llena casi resplandecía como luces de ciudad. Claramente pudo ver las escaleras principales.

Si quieres recibir nuestros escritos y llenarte de luz, puedes suscribirte aquí.


Historia: Jorge Cubero Ocampo
Ilustrador: Kevin Gutiérrez
Noticias Mi Ciudad

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.