Hay un fuego divino en el mundo que quema con la llama de la eternidad.
Ya los grandes profetas y los antiguos hombres sabios habían visto la manifestación suprema de la providencia.
«Nuestro creador es un fuego devorador», se escribe en muchos libros.
Cuando ese fuego actúa en el mundo, algunas personas se queman, otras se funden y otras vienen a la vida.
El fuego divino es el fuego del AMOR. Es el mismo fuego donde la vida está oculta.
Por eso, donde el fuego está quemando, el AMOR se está ya manifestando, al igual que la vida inmortal. Los frutos de la esencia crecen y maduran.
Este fuego divino llena todo el espacio, porque es el que sostiene la VIDA.
También este fuego quema dentro del hombre… y mientras está quemando dentro de él, el hombre es saludable y alegre. Todo dentro de él es armonioso: el metabolismo, la circulación de la sangre y la respiración.
Los sentimientos son correctos, los pensamientos son correctos y los hechos son correctos.
El fuego divino crea calor agradable al hombre. Cuando este fuego quema, el hombre tiene un sentimiento de bienestar, de armonía y la PAZ reina dentro de él.
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Autor: David Alberto Saenz
Dibujo: Freepik
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