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Historia XXI. La gran fiesta


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Sentía toda una orquesta en mi cabeza, llamando… Así me fui caminando entre los árboles para ver de qué trataba… Había mucha gente, solo sentí una alegría nunca antes percibida…

Sonreía y sonreía. Todos estábamos brillando. Era cierto. Sí era real. Y de repente… sentí que algo cayó del cielo… Eran papeles, montones de hojas con letras.

Por supuesto que comencé a atraparlas. ¡Eran noticias! Nos llegaron las noticias de grandes fiestas alrededor del mundo. Mis amigos, junto con distintos contactos llevaban años planificando esto, incluidos los estudios de animación, grandes artistas y muchas compañías.

Todos los que estaban en esta fiesta también me ayudaron a atrapar las cartas. Eran distintas, con hermosas letras, diseños y aventuras… ¡Pronto íbamos a proceder con su lectura! ¿Qué ocurrencias nos traerían?

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De un pronto a otro comencé a ver miles de rostros reflejados en el cielo… conocidos y otros no… Las cartas seguían cayendo…

No podíamos esperar, todos queríamos saber qué había en ellas, así que con mucha alegría, alzamos la voz para contar las historias…

Algunos hacían un recuento de mis aventuras por diversos países, desde el puro inicio. Estaban escritas las experiencias más gratificantes que habían percibido en momentos difíciles.

Otros contaban los distintos proyectos que estaban ejecutando en sus respectivos países para ayudar con la restauración de este mundo y hacer un lugar más colorido donde reinara el amor y la paz.

Todos estábamos con lágrimas que llegaban al corazón. Esta sorpresa era mágica, provocaba que nuestros seres volvieran a brillar y creer.

¡Qué divertido! Einstein (como siempre) envió una carta que tituló: ¡No hay tiempo! Ya ustedes podrán imaginar su humor:

“Querida Retzer. ¡No! Es Retsé. –¡Ay Einstein! Nunca aprendió–. Me encuentro disfrutando de un momento relajado en Chile (con algunas cuantas escapaditas al laboratorio para crear). Amiga querida, fundé una escuela en un pueblo, estamos haciendo cosas nunca antes hechas en el sistema educativo. ¡Tienes que darte una vuelta! Esto está muy eléctrico, muy físico, muy químico, a veces con gravedad y otras veces no… Pero muchas veces atravesamos agujeros negros… 😀 Bueno, hay mucho que hablar… ¡Estoy disfrutando y sé que tú también! ¡VIVA LA VIDA!”

¡Él siempre así… tan único! Habían tantas noticias, tantos sueños, tantos proyectos en camino, tanto arte. Esto simplemente provocó que nuestras almas parpadearan. Los invitados también leyeron otros relatos… Eran demasiados. Como dijo Einstein: ¡No hay tiempo!

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Estábamos impactados por todas las bellas expresiones provenientes de muchos SERES. Una vez que medio procesamos esto, gritamos con mucha energía: ¡Sí! ¡Es ahora! ¡Celebremos! No paremos el sentimiento. ¡Bailemos!

En ese ambiente eufórico, Divad se acercó, como siempre, sospechoso… y así como lo hizo en México, me tomó del brazo para llevarme nuevamente a esa escena en Malinalco.

¿Y ahora de qué se trataba? Bueno, de una conversación pendiente. Algo que deseaba contarme desde que llegué a este mundo, pero solo AHORA era el momento.

— La fuerza más grande que se puede generar para acabar con todo el pasado es sin duda el AMOR. Y recuerda: el arte busca conectarnos con esta gran fuerza. Es una planificación de sentimiento/meditación.

Me quedé como congelada, dejando que la luz en las palabras de Divad calaran.

— Es tiempo del reinado… Eso hemos estado esperando toda la vida. Ya se ha estado preparando un ambiente y la luz está llegando, poco a poco. Llega cada vez más. El Creador pronto revelará y se revelará. Es el camino a la redención… Pero hay algo más y es una sorpresa…

No aguanté. Bajé mi cabeza y comencé a llorar. No era de tristeza, era de una presión en el corazón, como cuando anhelas algo muy fuerte o como cuando no sabes qué decir o hacer. Es solo una sensación. ¡Un regalo!

— Gila Manolson dijo que la verdadera belleza es aquella que combina la parte eterna con la parte interna. Pero ya no te diré más. Mejor que suceda y lo verán, concluyó Divad.

Que todo lo que tenga que suceder, acontezca en su momento adecuado. Impactados y con mucho amor en medio, nos incorporamos a la fiesta.

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La música fractal estaba entrando en acción, trayendo ese “prometido cuento” a la realidad. Los medios de comunicación no lo podían creer. La ola de expectativa era impresionante. Ya antes se había estado anunciando, pero solo algunos, con cierto nivel de intuición particular, lo sabían y lo anhelaban.

En esto siempre hay gente preparada, y otra no, pero es necesario para mostrar una vez más que existe un Creador capaz de hacer TODO, lo que nuestra mente NO comprende. Este Universo musical inteligente, como lo dijo una vez Einstein, es real y sincero.

Allí empezaron a llegar algunos personajes conocidos como Audrey Hepburn, quien dio un discurso muy sabio e impactante. También otro de los regalos fue la presencia de Stevie Wonder, quien ya había comenzado a envolver a todos con su magia.

El lenguaje de las almas comenzaron a lanzar sonidos de buenas acciones… Nos fuimos encontrando con personas llenas de bondad, influyendo y sanando esas marcas provocadas en distintas ciudades. El gran refugio se encontraba muy dentro de cada uno… ¡un refugio de felicidad y luz para la eternidad!

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Acá podrán ver el rompecabezas de todas las imágenes correspondientes a esta historia.

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Historia XX. De vuelta al paraíso


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En el Cairo todo estuvo muy pesado. El dolor de las personas se caía como si literalmente fuesen piedras, o una oscura arena que picaba el corazón y alteraba el cerebro.

No lo podíamos creer, allí atrapados por preguntas y sentimientos ya de siglos, una gran esperanza bajó frente a nuestros ojos y los del mundo.

No era mentira que ese gran Universo realmente bailaba, y que gracias a su inexplicable funcionamiento, la compasión y el amor por la humanidad descendía para todos, trayendo calma y abrazos.

De vuelta al paraíso. Parte I

La LUZ, sí, la LUZ tenía personalidad angelical vestida en una danza corporal. Era como un surrealismo quitándole el trono a la tan aburrida y falsa realidad de la que nos hemos acostumbrado.

No sé cómo pasó y no hay interés para conocer los detalles… Las nubes se abrieron y la luz fue bajando con movimientos de oro. Todo se fue encendiendo, tirando chispas para trazar el camino…

De vuelta al paraíso. Parte II

Y así como por magia, de la nada, aparecí de nuevo en Costa Rica, pero sola como al inicio de estas curiosas aventuras… No sé dónde habían quedado todas esas familias… Abrí muy grande mis ojos y solo guardé silencio, impactada ante la flora y fauna puesta ante mi vista.

Comencé a preguntarme si todo esto era un sueño, no podía creer que estuviera en el mismo sitio y que apareciera tan rápido allí, como si todo lo anterior nunca hubiese sucedido. ¿Acaso todos esos viajes nunca existieron? ¿Acaso las personas solo fueron fantasmas en mi mente? Estaba muy confundida. Ya en otras ocasiones había experimentado algo similar, pero esta vez verdaderamente me sentí como en un mundo surrealista, como metida en una película.

De vuelta al paraíso. Parte III

Fui caminando poco a poco, siempre guardando silencio e impactada por lo que tenía ante mi vista, que tampoco sabía si era cierto, o este era el sueño… A lo lejos se escuchaba gente, se sentía como un olor y una sensación de esas que recogen tu corazón y lo vuelven a encender con las tan conocidas mariposas que explotan tomando todo tu ser de niña, con pureza… Observé luces, gente, alegría, paisajes espectaculares y llegué a una fiesta. ¿De verdad una fiesta? Ya estábamos a punto de comprobarlo…

De vuelta al paraíso. Parte IV

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Historia XIX. Ayudando con amor


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Quién sabe la razón de nuestro paso por allí, pero lo cierto es que las historias se repiten una y otra vez, aunque con algunas variaciones moldeadas a la época… Si bien estábamos en el presente, otra dimensión sin duda nos mostraba las mismas cosas de las épocas de Moisés, pero ahora al estilo moderno: insecticidas, sistemas políticos, presidentes, persecuciones, intolerancia y más…

Egipto ha sido una civilización antigua, admirada por un sin fin de descubrimientos, arte, historia… pero hay algo de lo que no han podido escapar aún: la opresión y prisión de plagas humanas, o dicho de una forma más abstracta: luchas, poder, temor, odio…

El olor a sangre era tremendo. Ya había pasado un ataque horrible en esa ciudad… un ataque «pequeño en cantidad», pero no «tan relevante» para los medios, porque lo masivo es lo que la mayor parte del tiempo importa… Ya bien lo ha dicho el periodista y escritor Justino Sinova: «lo llamativo, lo extravagante y lo provocador elimina a lo significativo. Hay una indiferencia con que se asiste desde varios sectores, también desde gobiernos y organismos internacionales, a la agresión contra grupos religiosos».

Escuchaba a la gente hablar, llorar, perdidos en medio de la histeria. No sabía qué hacer… Sentía como si el corazón también quería quemarse del dolor… pero recordé algo… Todo en la vida se destruye por ese dolor, por el daño, por lo negativo, por el miedo… Debía ser fuerte y traer amor con luz, aunque fuera muy duro para ellos…

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Allí desintegrada en partículas… poco a poco sentí un aire convertido en luz… Se iba acercando a mí… No podía escuchar, pero sí sentir con esa intuición tan de casa. Percibí la esencia de Moisés, comunicándome algo así como:

— Acércate a esas familias y ayúdalos a salir… Abrázalos y sonríe… Luego te ayudaré con un atardecer y… tus amigos llegarán acá para ayudar…

Me sentí con esperanza… Si bien no podía ver a Moisés, mi mente estaba en completa sintonía con sus palabras…

— Está bien… ¿Pero cómo lo hago?

— Mira, hay dos secretos que deseo compartir contigo… Existen códigos en las leyes que requieren decodificarse… pero dos de ellos son los más importantes: 1) las cosas no funcionan porque la gente pasa hablando negativamente del otro. Ocupamos reinvertir el proceso para sanar. Ya ustedes han hablado sabiamente sobre este tema. 2) Amar a la gente con palabras y acciones. No importa cuánto des, si lo haces con corazón apasionado, algo debe suceder. ¡Ah! y por supuesto que es importante traer la mayor cantidad de energía positiva al mundo con agradecimiento…

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— Claro, así se lograría también una mayor conexión con las personas. Una conexión basada en el amor para caminar en unidad, como verdaderos seres humanos…

— Aquí todo está lleno de dolor y oscuridad, pero cuando aparece por ejemplo un atardecer, la luz hace un trabajo impresionante. Así que no tengas miedo, saca a esas familias y llévalos a una aventura que los haga olvidar el pasado. Ya llamé a tus amigos… Ellos se encargarán de preparar una estrategia. Tú solo ve y acércate… Nosotros haremos el resto…

El día estaba nublado. Eran grandes nubes oscuras, y por supuesto, un ambiente lúgubre. Así lo hice… Me fui apareciendo poco a poco frente a una plaza. Comencé a abrazarlos desde allí, sin conocerlos, solo quería expresar mi amor… No les hablé, solo dejé que mi presencia fuera un apoyo para que terminaran de vaciar… Cerré los ojos y comencé a cantar… Levanté mis manos y las nubes se comenzaron a dividir, algo así como la división del Mar Rojo. ¡Queríamos libertad!

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Fue un momento muy tierno… De pronto ese atardecer prometido por Moisés se iba acercando, como trayendo música que sincronizaba con nuestras voces. Ya no era solo yo quien cantaba… Las familias fueron liberando sus tristezas con la vocalización de letras eternas…

Mis amigos ya habían llegado. Comenzaron a atrapar la misma luz de ese bello atardecer e iniciaron a decorar las calles, marcando el camino a una fiesta… Todo resplandecía y pronto esos corazones angustiados, se fueron llenando de diamantes, reflejando «algo» por todos los puntos cardinales.

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Historia XVIII. El poder de las palabras


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Bueno, estábamos en época actual, no creo que hayamos viajado en el tiempo, pero quizá habíamos cambiado de dimensión… esa donde pasaban las mismas cosas que en tiempos de Moisés.

Quisimos ir a hacer un poco de turismo, pero sabíamos que había algo pendiente. Divad tenía que contarnos qué fue lo que pasó… Como sabrán, él decide cuándo… Su única instrucción fue que habláramos con la gente. Ellos estaban llenos de historias…

¿Por qué Jadá pudo hacer algo?… ¿Por qué? Tal vez porque era su anhelo… porque poco a poco iba recuperando esa inocencia que había desechado. Esa inocencia cambiada por la duda, por lo negativo, por la queja, la desconfianza y muchas otras sensaciones que son parte de una vida dura… en la que otros también están envueltos. En palabras mayores, Jadá volvió a creer…

— Las palabras no vuelan. Esas quedan en el corazón y mente (que son finalmente uno). Y así nuestra vida comienza a SUCEDER, por el poder e intensidad que pongamos en ellas. Creamos el futuro con lo que sale de nuestros labios, mencionó rápidamente Divad.

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Nos fuimos acercando a la gente y de verdad nos pusimos a hablar con ellos. No estaban extrañados por nuestra presencia. Ya sabían de qué se trataba todo esto… Sabían del futuro, aún sin haberlo visto, y nosotros, poco o nada, conocíamos algo del pasado… ¡Qué aventura!

— Todos estamos llenos de historias. Todos conocemos un poco de eso que están viviendo ustedes. Sabemos que nuestras almas siguen fluyendo, siguen tocando y siguen teniendo encuentros. Son viajes posibles gracias a la energía que mantiene todo este Universo, mencionó uno de tantos sabios.

Así es, el Creador hizo todo esto y más… con solo hablar. El proceso de creación inició por el gran impacto de las palabras… pero antes algo lo impulsó… Algo-Alguien que forman lo mismo como unidad: LUZ.

— Entonces somos seres creativos… ¡Wow! Me cuesta creer cómo es tan real. De verdad lo decimos y se manifiesta, dijo sorprendida Jadá.

— Exacto. Somos comunicadores. Las palabras están llenas de misterio y de secretos que nos cuentan sobre toda esta existencia. He aprendido que se nos devolverá de acuerdo a la intención que produzcamos. Es un tema de causa y efecto. Si enviamos bien, eso recibiremos, dije muy emocionada.

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— Yehudá Berg dijo que el «chisme se ha convertido en la peor forma de magia negra porque es puro veneno. Lo hemos aprendido como un acuerdo. Se ha convertido en la forma en la que nos acercamos unos a otros», explicó Ariel. Las personas afirmaban con su cabeza.

— También explica que «esto se debe a la falta de amor propio. El nivel de limpieza en nuestras palabras dependerá de la limpieza y amor hacia nuestra alma. El amor hacia nosotros será directamente proporcional con la calidad e integridad de las palabras. Cuando nuestras palabras sean impecables, nos sentiremos bien, felices y con paz interior», recordó Divad trayendo también a memoria la sabiduría de Berg.

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— ¿Qué tal si vamos tras esa energía de Moisés y nos sentamos a hablar más con él?… Será muy interesante conocer sus recomendaciones para sanar nuestro presente-futuro, insistí muy emocionada.

Habían tantas cosas que se parecían a la época de Moisés. Creo que ya iba entendiendo un poquito por dónde iba todo esto. Era necesario conocerlo y sobre todo hablar. Él, al igual que nosotros, soñó, creó y emprendió… Además recibió grandes revelaciones… Sin duda sabía mucho más…

Estábamos muy felices y llenos de escuchar todas estas historias, pero nuevamente comencé a sentirme mareada. Algo sin duda no andaba bien… Percibí un olor desagradable, como a sangre quemada que venía de la capital…

¿Violencia, persecución religiosa, cristianos coptos, armenios, ortodoxos griegos, latinos, maronitas, greco católicos, musulmanes? De seguro tenía que ver con esto. Egipto ha sido el blanco para sembrar terror y odio… No le dije nada a mis amigos (no quería matarles el buen momento que estaban teniendo). Conseguí un poco de agua, la tomé y me desintegré en partículas… Quería ir sola a hacer un poco de investigación… con cautela… Ya luego les explicaría…

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Historia XVII. Palabras que acontecen


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En Ammán todo estuvo cautivante. Esa señora nos dejó su corazón impregnado en el ALMA. Verdaderamente deseamos que el proyecto elaborado en conjunto pueda ser puesto en práctica… Estamos seguros que el resto de las cosas serán “chocolate comido” (para endulzar las palabras). Ya es un gran paso con UNO solo que inicie cambios.

Mis amigos y yo comprendimos que cada día es un entrenamiento para mejorar y elevar nuestro SER… Somos responsables de usar nuestra energía para bien, y por supuesto, encontrarle sentido a esta existencia… Desde esa experiencia en Petra, algo pasó y no podemos obviarlo. Divad habla cuando quiere y debe, por eso a veces no hay que insistir, además Él deja que vayamos encontrando la ruta.

— Nunca pensé que esto iba a suceder… Esto y todo lo anterior. Es como surrealista. Es como si de repente te encontraras con personajes del pasado, o simplemente disfrutando de una vista en una pirámide, encontrando el balance para no caer… decía Jadá entusiasmada.

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Mientras Jadá hablaba, algo comenzó a pasar… Sentíamos como plagas corriendo por debajo nuestro, como una alerta de temblor, o alguna sensación de vídeo juego… Jadá no paraba y se iba emocionando más y más, imaginando una cosa y otra…

— ¡Jadá! (le repetía Ariel una y otra vez) ¿No sientes nada?

Ella seguía. Era como si la hubiéramos perdido… Nosotros llamábamos su atención con gestos, con sonidos, con muecas, con todo y nada…

— Retsé… Ehhh… Creo que… Bueno, no puedo moverme mucho porque mi peso los puede perjudicar… pero… me siento como en el abismo… Solo sé que no estamos cómodos y por favor, no se muevan. ¡No se muevan!, decía Divad un poquito asustado.

Cuando Jadá finalmente terminó… percibió que estábamos en una pirámide, desbalanceados, en un momento ajeno y…

— ¡No! ¿Qué es esto?, dijo asustada.

— ¡Ay Jadá! Creo que eres especial… ¿Te acabas de dar cuenta que tus palabras tienen poder? Nada más no mires para abajo y no te muevas, dije riendo.

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Algo había pasado en Jadá desde ese momento. Todo lo que comenzó a relatar, inició una transformación física, es decir, se comenzó a materializar… Fue ella, Jadá… No yo. Si de misterio o aventura se trataba, estábamos seguros que iba a seguir por alguna extraña razón que despertó.

Esta vez no fue mi culpa, no hice nada ni usé alguna técnica para teletransportarme. Llegamos a Egipto, absorbidos en su desierto por algún tipo de letra… algún tipo de canto… Estábamos en esa tierra atraída por visitantes… cautivados por su Río Nilo, por ese pasado que relatan las pirámides y templos, como legítimos cuentacuentos.

— ¡Wow! Siempre había escuchado las muchas historias de este país: de guerreros, faraones, dioses, momias, desiertos, ciencia, descubrimientos, religiones y más. Cada quien ofrece su versión y conocimiento, pero nunca la exactitud de los acontecimientos. Si nos ponemos a pensar en los muchos años transcurridos y experiencias de personas en distintos sitios, comprenderíamos que en realidad no conocemos nada… que aún hay mucho y somos pequeñas criaturas ubicadas en el mundo, explicó Jadá emocionada.

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— ¡Ay Jadá! Mira donde nos trajiste. ¿Y ahora?, dijo Ariel preocupado.

— Ahora a caminar y conocer un poco por acá. ¿Verdad Divad? Ya tú nos dirás qué fue exactamente lo que sucedió, dijo Jadá decidida.

— ¡Ehhh seguro!, dijo Divad un poco angustiado por la metida de pata que provocó.

— ¡Ay chicos! Relájense… Como dijo el historiador griego Heródoto: «quien no ha visto Egipto no ha visto el mundo». Así que pies puestos a la obra…

Jadá parecía como si estuviera con extra dosis de dopamina. ¡Rarísimo!… pero bueno, así nos fuimos a conocer… Bien lo dijo Jadá… Ya esto iba a tener una muy buena explicación de parte de Divad…

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Historia XVI. Encuentro de almas


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Después de tan lindo y extraño momento la señora nos miró con ojos risueños, e inmediatamente nos propuso platicar.

— Siento más libertad en Ammán, nuestra capital. Si queremos conversar bien, entonces tendremos que irnos allá.

Jordania, a diferencia de otros lugares, no exige a las mujeres cubrirse. De hecho en la capital es muy común observarlas sin sus trajes disfrutando libremente con sus amigas en los café.

— No tengo ningún problema, y de seguro mis amigos tampoco. ¿Verdad Divad?, dije haciendo un gesto de compromiso y esperando el SÍ.

— Bueno, entonces nos vemos mañana temprano. Yo los llevo en mi carro. Paciencia porque estaremos sobre carretera aproximadamente tres horas y media.

— ¡Oh! ¿Y cabemos todos?, preguntó Ariel mientras observaba a Divad.

— ¡Sí! Ahí vemos cómo nos acomodamos (sin haber notado bien el tamaño de Divad). Buenas noches y que siga la aventura.Historia XVI. Encuentro de almasAl día siguiente, todos listos emprendimos el viaje. Nos fuimos muy emocionados y también curiosos de esa mujer tan decidida pero llena de ilusión.

Pasadas las tres horas y media, llegamos a Ammán. Era otro escenario completamente multicultural y hospitalario. Sus vistas combinaban lo moderno y antiguo, con un aire muy de hogar y vibrante ciudad.

La señora Mamkig, que ya había dado una pequeña introducción de su persona, sugirió ir por un café para presentarse formalmente y contarnos la propuesta. Llegamos a un lugar muy acogedor, perfecto para una conversación plena. Se trataba del Wild Jordan Café, muy conocido en la capital.Historia XVI. Encuentro de almas— Comencemos. No se imaginan lo que sentí cuando bailamos. Yo no esperaba que esto pasara. Fue como un regalo sorpresa y lo que más disfruté fue mirar a la gente sonreír y ser parte de esta iniciativa. Ustedes sin duda trajeron alguna conexión con energía. Mi nombre es Lana Mamkig y trabajo en el gobierno del rey jordano Abdalá II, en el departamento de Cultura… El año pasado se nombraron por primera vez a 5 mujeres para ser parte del equipo y yo fui una de ellas.

Todos estábamos completamente sorprendidos. Jamás pensamos que esto iba a suceder. Era como si estuviéramos viviendo una fantasía. Algo de un MOMENTO se estaba convirtiendo en ETERNO.

— El tema es que amo hacer buenas acciones y creo firmemente en la unión de las personas, sin enfatizar las diferencias. Anhelo, al igual que muchos en el mundo, lograr el bienestar integral. Ustedes son como una respuesta de este gran sueño. Por favor, necesito que juntos elaboremos un proyecto para presentarlo a nuestro rey. Sé que lo podremos implementar y ayudar en unidad. Todo está cambiando para bien.X Historia XVI. Encuentro de almasAsí pasamos unas cuantas horas trabajando concentrados. Al finalizar seguimos conversando de otros temas con la gran satisfacción de que DIMOS algo (o mucho) a Jordania. Estaba segura que Lana sabía más cosas, si mi intuición no fallaba, sobre todo por su alma hablándome claramente. Nos despedimos para seguir con esta gran misión: DAR AMOR Y QUITAR LA NEGATIVIDAD EN CADA ESPACIO ADONDE NUESTRAS ALMAS LLEGARAN.X Historia XVI. Encuentro de almas

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Historia XV. Rastros en el camino


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Algo estalló. Era como éxtasis sucumbiendo de un lado a otro. A veces aumentaba con el sonido de algún instrumento sin nombre. Nuevamente aparecieron letras variadas de esas coquetas, esta vez sobre la mesa. Allí, donde estábamos celebrando con delicias. Allí, donde amanecían los olivos enredados… y enredándonos. Tuve que interrumpir todo. Me dio mucha pena pero debíamos hacer algo.

— ¡Amigos! Necesito irme y ustedes se van conmigo. Tengo una excelente idea y sé que esto les va a gustar. Las buenas acciones se pueden hacer en todo momento y lugar, así que movámonos.

Comenzamos a caminar. Sin tiempo, ni dirección. Creo que el mapa estaba muy claro para mí, lo entendía en alguna neurona con conexión en la bomba del corazón.

Historia XV. Rastros en el camino

En Petra se escuchaban como campanas (así llegaba a mi mente), mas el ruido de turistas por la noche. No sentía miedo, pero había una especie de incomodidad que fue mi GUÍA. Iba tan rápido que en un momento choqué con alguien.

— Perdón, pasa tú primero, me dijo esa voz tranquila.

— Gracias, dije.

Y cuando intenté dar el paso, ambas avanzamos a la derecha y luego a la izquierda.

— ¿Bailamos?, dije riendo.

— ¿Por qué no? Tal vez eso es lo que necesitamos, contestó ella.

Y de verdad lo hicimos. Sin conocernos, ni hablar, comenzamos a movernos.

— ¿Retsé, qué estás planeando?, preguntó Ariel un poco extrañado cuando vio que estábamos como “bailando”.

— Sinceramente quiero hacer una buena acción y creo que guiados por alguna mano invisible se me apareció un SER humano. Estoy interactuando y creo que es parte de nuestra misión: AMAR.

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Al cabo de 10 minutos de intensos pasos, mis ojos sospecharon de partículas sucias en el ambiente. Un tipo de mareo como de costumbre. Era un microcosmos con un gran conflicto, ya venía de tierras cercanas, pero parecía que la base se generaba allí, algo así como una máquina de producción.

Jordania estaba poblada mayormente por árabes, pero también existían algunas comunidades católicas, armenias, kurdas, etc. Sinceramente no entendía el por qué de las disputas, por eso me atreví a preguntar:

— ¿Cuál es el motivo del problema?, le pregunté a esa alma.

— Me parece que la falta de amor e incremento de odio.

— ¿Cómo? ¿De quiénes?

— De todos. Es lo único que sabemos. No entendemos por qué pasa.

— Tengo una idea. ¡Por favor!, ayúdenos a conseguir toneladas de agua (haciéndole gestos a Jadá, a Ariel y a Divad para que se apresuraran). Por cierto, aún no nos hemos presentado, pero bueno, después nos sentaremos a conversar. ¿Qué tal si nuestra buena acción es contagiar a otros con el baile y así nos unimos en esta noche sin importar la religión?

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Rápidamente y como por arte de magia, mis amigos trajeron baldes con agua. Juntos la derramamos en esa ciudad para purificar, pero también para llamar la atención.

Allí en medio y con miles de personas apreciando el espectáculo, Divad, Jadá y Ariel también entendieron el mensaje corporal y buscaron a su pareja de baile.

Desde un restaurante comenzó a sonar la música más fuerte. Otras personas también se unieron sobre una pista que de un pronto a otro tenía apariencia de cristal.

Las reacciones eran irreconocibles, como expresiones de anhelos guardados, marcados y esperados… reacciones proyectándose sobre ese cristal.

Creo que fue un excelente experimento-iniciativa para arrancar la noche… pero como siempre… detalles que aparecen con la esperanza de lograr una eterna hermandad.

Historia XV. Rastros en el camino

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Historia XIV. Desintoxicación dolorosa


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Todo estaba tenso. Los mismos oficiales se conmovieron de la escena, dejándonos partir para encontrar ayuda, un hospital, algo. Por supuesto que ellos no entendían ese momento sobrenatural, estaba casi 100% segura que pensaban en alguna reacción meramente física que necesitaba tan solo una intervención médica. Divad y yo sí sabíamos de qué trataba. Él sabía más que yo. Jadá y Ariel no, pero ya Divad se encargaría de hablar con ellos.

Todos los autos arrancaron rápido, necesitábamos llegar a algún destino para estabilizar las células y todos los componentes internos de mi cuerpo. Parecía que la carretera llevaba una fila de ambulancias. Como finalmente estábamos en territorio jordano, en árabe “Al-Urdunn” u oficialmente llamado Reino Hachemita de Jordania ubicado en Medio Oriente, nos dirijimos a la ciudad Petra, uno de los lugares más atractivos y turísticos. Petra literamente fue excavada y esculpida en piedra. Sus maravillas impresionan con solo un vistazo, sobre todo lugares como el Tesoro de Petra, el Monasterio (Deir) y las ruinas de la ciudad romana.

Historia XIV. Retsé. Desintoxicación dolorosa. Parte I

Yo no estaba muerta o inconsciente, más sí débil, muy débil. Aún así podía escuchar las voces y conversaciones de mis amigos. Todo era muy pesado. No podía hablar, pero sí pensar. Estaba también triste porque muchas veces la pasión que domina en nuestro ser no puede soportar los malestares que desean opacarla. Es una lucha muy extraña, siempre vivo preguntándome cómo es que algunos sentimientos aparecen de la nada y pueden más que nuestro mismo ser.

— Creo que los mismos habitantes tienen un poco de la enfermedad, por eso la sangre de Retsé comenzó a ebullir y luego ella se desvaneció, explicó Divad.

— ¿Pero qué hacemos? Su sangre se está evaporando, muy violentamente, dijo Jadá con mucho miedo.

— Esto sí que puede ser peligroso para ella. Su sangre reacciona automáticamente cuando la enfermedad está alrededor. Es como si fuera una alarma, advirtiendo. Si ella no está dispuesta y preparada para combatir, se vuelve aún más peligroso porque la sangre va para un lado y ella para otro. Necesitamos que Retsé aprenda a usar su sangre, a tener valor y coherencia de pensamiento para curar la enfermedad adonde sea que vaya. Sin duda se va a seguir manifestando en muchos espacios y de diversas maneras, por eso ocupamos entrenarla.

— Divad, ¿crees que todo esto tenga relación con lo que pasó en el muro?, preguntó Ariel.

— Claro que sí, allí comenzó la enfermedad. Lo malo es que no sabemos quiénes son o qué hicieron.

— ¡Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!, lancé un grito desde las profundidades de mi estómago.

— Retsé, ¿qué pasa?, preguntó Divad.

— No sé, todo está muy descontrolado. No aguantoooooooooooo. Sentí como electricidad por mi cuerpo.

Historia XIV. Retsé. Desintoxicación dolorosa. Parte II

— La sangre se combina de sales, agua, proteínas, azúcares, etc y éstas circulan por las venas, arterias y capilares porque necesitan proveer oxígeno a todo el cuerpo para eliminar las toxinas. Y aunque es un líquido poderoso para salvar muchas vidas, también es incomprensible porque se contamina fácilmente. Por eso Retsé siente una gran carga, explicó Divad.

— ¡Qué interesante el poder que tiene la sangre! Hay quienes incluso la han venerado, por ejemplo, cuenta la leyenda que los egipcios estaban convencidos de ésta como portadora del espíritu humano y se bañaban en sangre para adquirir fuerza. Los gladiadores se la tomaban como una muestra de derrota ante sus enemigos. En la misma Biblia se menciona más de cuatrocientas veces que la vida está en la SANGRE, por eso es que se prohíbe el consumo de animales con sangre. Desde hace mucho tiempo hasta la actualidad se le ha atribuído poderes, comentó Ariel.

— Tengo una idea. Sé que será muy cansado, pero se me ocurre que puede funcionar. He leído que muchas veces los problemas de la sangre se pueden arreglar con agua y ejercicio. Como las toxinas ensucian, el cuerpo está contaminado. Podemos hacer un poco de ejercicio, una especie de entrenamiento y nuestros soldados la pueden ayudar, propuso Jadá.

— Creo que es una buena idea. Al menos ayudará para que luego Retsé tenga energía y se desintegre. Así podrá encontrar la bacteria y matarla, dijo Divad.

Allí en plena vista y arquitectura de Petra, Jadá me tomó junto con todos sus colegas. Me entrenaron por una hora. El entrenamiento tuvo lugar en diferentes áreas, con diversas posiciones y ejercicios. Ariel daba órdenes, a veces Jadá me ayudaba y otras veces entrenaba junto a los soldados. Hacía mucho calor, más de lo normal, pero era necesario aunque mis fuerzas no dieran y mi cansancio dominara el espacio.

Historia XIV. Retsé. Desintoxicación dolorosa. Parte III
— Bueno Divad, creo que esto sin duda le ha devuelto una pequeña sonrisa a Retsé, dijo Ariel muy feliz.

— ¡Totalmente! Ahora necesitamos un poco de paz para continuar la búsqueda y la cura.

— Yo propongo que vayamos a comer, a hablar, a festejar, a relajarnos. Todo ha sido muy tenso y el ambiente está bastante negativo. Un poco de oxígeno emocional nos vendría muy bien. ¿Qué opinan?, dijo Jadá muy feliz.

— ¡¡¡Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!!! me encanta la idea. Creo que yo también necesito un poco de distracción. Obviamente el viaje, el sol, los cambios, la información, todo ha sido más que DEMASIADO. ¡Qué comience la fiesta!, dijo Retsé con mucha esperanza.

Caminamos con todo el grupo en busca de un restaurante bonito donde pudiéramos bailar, cantar, comer, conocer gente, sonreír, observar, charlar. Nuestras cabezas habían sufrido de colapsos y vibraciones sofocantes. Ya era tiempo para nosotros, debíamos apoyarnos y balancear nuestra alma que insistía hace días. La noche cayó con su aroma rojiza y naranja, en medio del desierto pudimos darnos el lujo de saborear las especialidades locales. Allí en una terraza, con decoración y estilo árabe nos colamos en el descanso y placer.

Historia XIV. Retsé. Desintoxicación dolorosa. Parte IV

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Retsé

Historia XIII. Detectives en escena


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Casi de inmediato, y antes de que llegara la prensa, Divad, Jadá y yo nos apresuramos con el Israel Defense Forces para cruzar Jordania. Lo bueno es que no estaba sola. Divad me protegía y sin duda me apoyaba, al igual que los demás. Éramos muchos ese día. Tomamos varios autos para viajar hasta este país. ¿Por qué Jordania? Bueno porque era el país más cercano, necesitábamos paz para procesar todo y así planear bien la búsqueda.

Que día más extraño. No sabíamos que ocurría, como siempre. Estábamos desconcertados de movimientos tan inesperados. Por supuesto que parecía interesantísimo, sobre todo porque una persona como yo ama la aventura, los problemas, los conflictos. Claro, no es que los busque, pero definitivamente ellos me encuentran. Me persiguen como si supieran que amo el desafío. Lo interesante es que no son problemas que me angustien y desesperen, se trata más de asuntos externos, particulares a mí, pero de una u otra manera me envuelven, algo así como misiones diarias. Y eso, eso me enamora porque puedo ayudar. Así soy yo.

Siempre trato de reflexionar, sobre todo cuando voy a viajar. Me relaja hacerlo. Después de una estrategia de segundos, todo parecía haber funcionado. Se logró detener el crecimiento del muro, pero en realidad YO había metido la pata. Arriesgué mucho mi vida porque al intentar teletransportarme para proveer de agua, estuve muy cerca muy cerca del peligro. La explosión que se efectuó, tocó mi cuerpo, la electricidad me tocó. Hubo un contacto muy claro entre la electricidad y el agua. No era del todo malo, pero eso en definitiva realizó algún tipo de cambio o efecto. Espero que Divad no me regañe, debía en algún momento explicarle.

Historia XIII. Retsé. Detectives en escena. Parte I

— ¿Ahora qué? Creo que aún hay mucho trabajo. Esto apenas está iniciando, dijo Jadá, muy convencida.

— Sí, bueno, no. Bueno sí. Ay no sé cómo seguir. Está claro que hay una clase de “enemigo”. ¿Acaso un muro es algo divertido? ¿Acaso no representa únicamente una división, un problema? No es nada estético. ¿Qué es esta clase de comportamiento? Me cansa todo, me enoja. Solo quiero que vivamos como seres humanos que somos.

Yo estaba muy muy enojada con quien quiera que fuera. Creo que ya era suficiente. No me explicaba por qué siempre debía suceder algo así, donde la paz no podía definirse, únicamente ensuciaban su concepto e invertían siempre cantidades de dinero en busca de un antídoto o lo que fuera para traer una paz definitiva.

— Retsé, tranquila. Todos estamos furiosos, pero no podemos dejar que esto nos domine. No solo estaríamos contaminando nuestros pensamientos, pero también obstaculizaríamos los planes. Eso era un poco de la sabiduría de Divad.

— Ya casi llegamos a la frontera entre Jordania e Israel, nos recalcó Jadá. Recuerden que Jordania es un país árabe-musulmán y aunque exista un tratado de paz entre ambos países firmado el 6 de octubre de 1994, no todo es color de rosas. Aún hay muchas tensiones en medio. El Ministerio de Exteriores de Israel siempre nos alerta sobre la visita a cualquier país árabe. Debemos tratar de no llevar algo que nos delate como judíos, así será menos peligroso.

— Retsé, recuerda que ese tratado fue firmado en Aravá, es una ciudad fronteriza entre el desierto del Néguev de Israel y el sur de Jordania. Según el Antiguo Testamento, allí pasó el pueblo hebreo, el éxodo de Egipto. Divad lo explicó con mucha pasión.

Uno de los soldados sacó su mapa, quería enseñarnos como era Jordania, su territorio, su historia, los puntos claves. Su nombre era Ariel que significa león en hebreo. Muy interesante, el carro estaba cargado de leones, bueno solo Divad y él, pero ya era más que suficiente. Este Ariel era bastante grande, fuerte y muy inteligente. Él era el líder del equipo, conocía muy bien la historia y también el campo de batalla, cómo defenderse y cómo sobrevivir.

Historia XIII. Retsé. Detectives en escena. Parte II

Yo estaba prestando mucha atención, me gustaba escuchar, aprender, hablar, pero amo preguntar y tenía una duda muy importante, así que proseguí:

— Perdón que los interrumpa, pero andamos con los uniformes y estamos muy muy cerca. Vamos a cruzar así no más. ¿Entonces cómo lo explicamos?, pregunté yo.

— Cierto, tienes razón. Tranquila que hablaremos con ellos, y bueno, como representantes del Israel Defense Forces, la negociación será más sencilla. Eso está en nuestras manos, explicó Jadá.

Ya habíamos llegado a la frontera. Primero nos dejaron pasar muy bien porque los judíos que controlaban el paso sabían que nos acompañaba el Israel Defense Forces, pero luego, en piso jordano, debimos pasar por muchos controles en la carretera. Había que detenerse y presentarse ante la seguridad para chequear TODO y a TODOS.

Eso tomó un tiempo. Nos hicieron muchas preguntas, y bueno, fue más que un obstáculo porque al bajarme, todos vieron mi collar de olivos, muy muy curiosos. No sé qué dudas despertaron, pero me interrogaron básicamente a mí. El uniforme no funcionó de mucho.

Historia XIII. Retsé. Detectives en escena. Parte III

Nuestras caras estaban pálidas y tragamos mucha mucha saliva. Yo estaba sobre todo esperando que acabaran con esa extrema seguridad.

En realidad me sentía mareada y como si mi cuerpo no pudiese responder, los movimientos no estaban fluidos, habían trabas.

No aguanté más y me desmayé, escuchando música, un saxofón con violines muy cerca. Ariel me tomó en sus brazos y la música se hizo más notable, la melodía disparó y nos rodeó con adrenalina.

Un olor a sangre se expandió en el centro y a los lados. Era realmente fuerte. Todo salía de mí cuerpo.

— ¡Ariel rápido! Toma a Retsé. Todos a los autos, gritó Divad.

Historia XIII. Retsé. Detectives en escena. Parte IV

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Retsé

Historia XII. Los muros del dolor


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Corrí sin parar, me lancé como si fuera el último día de mi vida. No sé si verdaderamente estaba sucediendo algo, pero todo se oscureció, algo así, como grises pálidos con destellos de fuego, y fuego puro. La sensación podrán imaginar, era como el despertar de las llamas, con ímpetu y acento en su arte. Mientras movía mis pies con velocidad insistente, el éxtasis explotó y con gran grito risueño, una voz llamó a mi nombre:

— Retsé, tu vienes conmigo.

Era la vocecilla de una chica que con gran presencia y valentía me jaló del brazo. Ella vestía con la ropa de “Israel Defense Forces” (Fuerzas de Defensa de Israel), creadas en 1948, poco después de la fundación del Estado de Israel con el objetivo de cuidar a su pueblo y protegerlo de cualquier amenaza.

— ¿Y ahora qué se traen?, pregunté con curiosidad, como siempre.

— Mi nombre es Jadá y necesito vestirte con nuestro uniforme. Vamos al campo de guerra. Hemos recibido órdenes del Jefe de Estado Mayor (Ramatcal), necesitamos que pongas en práctica algunas tácticas. Nosotros te vamos a ayudar.

— ¿Es muy fuerte? ¿Muy cansado?

— Sin duda lo es, pero verás como aprendes.

— Listo. Estoy preparada.

Historia XII. Retsé. Los muros del dolor

Después de vestirme con el uniforme me fui con Jadá. A lo lejos vimos como se aproximaba a nosotros un gran ejército marchando por las calles de Jerusalén. Todos estaban bien vestidos, con fuerza, activos y reales.

No sé exactamente cuantos llegaban, pero calculo más de 100 mil personas. Eran soldados profesionales, con mucha experiencia. A los lados, sobre los edificios, se apreciaba Divad, pero en todas sus formas de animal. Estaban colocados en puntos estratégicos.

Historia XII. Retsé. Los muros del dolor. Parte II

Se me vino a la mente una de las tácticas de guerra provistas por Divad aquella vez en Malinalco:

“cambiar de terreno: ir al Este, luego al Oeste… Sabrás como actuar ante nuevas impresiones. Puedes consultar con tu “yo águila”. 

Eso hice, lo consulté con mi “yo águila”, a lo interno, y luego apliqué otra de las tácticas:

“observa desde montañas: tendrás un panorama para ver y proceder. La sangre será tu aliada, incluso para ayudar a otros. Sonríe y siempre busca teletransportarte”.

Todo esto fue realmente agotador porque tuve que ir corriendo en busca de la montaña más cercana para actuar. Me acordé de la pregunta de aquel joven judío cuando mencionó si eramos de “ellos”, y efectivamente lo eramos. El ejército estaba allí, Divad y los demás animales también, ya saben que Divad es el león, el búho y los otros. Todos se movían y atacaban.

Historia XII. Retsé. Los muros del dolor. Parte III

¿Qué era exactamente lo que atacaban?, me preguntaba insistentemente. Luego me di cuenta que había también una clase de enfermedad, algo así como en Putre, Chile, pero distinta.

No era una bacteria física, en realidad había un muro muy apestoso que estaba acabando con la ciudad. Lo extraño es que ese muro parecía como si creciera, como si alguien por debajo, en la tierra, tomara control de él. No sabíamos qué o quiénes estaban en medio.

Entonces desde la montaña, tomé agua de una naciente, toqué mi collar de olivos y me desintegré. Me fui rodando, mi idea era llegar a la ciudad para proveer de agua.

Divad junto con los demás animales entregaron un balde a cada soldado. Ellos lo llenaron con el agua, lanzándola a la pura raíz del muro, destruyendo la estructura desde abajo. Se logró, pero ahora debíamos despertar nuestro talento detective y buscar a los enemigos.

Historia XII. Retsé. Los muros del dolor. Parte IVNoticias Mi Ciudad

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