Creando un poco en el restaurante. Se acerca el encargado.
— Hola. Buenos días.
— Buenos días (Sonriendo. Siempre sonriendo ante la bondad de las almas).
— ¿Hoy quieres tu café?
— Sí, por favor. Te debo el de ayer.
— No te preocupes.
Volviendo a ver a uno de los meseros.
— Por favor, sírvele un café.
Solo un pequeño detalle y una sonrisa, te hacen sentir en EL HOGAR. El café es identidad. Es un encuentro, un tiempo y una sinfonía con uno mismo.
Esta bebida lo tiene todo, es respuesta al amor, la amistad, la colaboración, la solidaridad. Nos envuelve para crear LAS historias y colocar LAS letras que ofrecen sabores con luz.
Hay ciudades que están dormidas y solo un EXCELENTE CAFÉ puede lanzar una alerta, al menos moverles el piso.
El café es presencia.
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Dibujo: Freepik
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