La fantasía es esa dosis superior de imaginación. Es la facultad mental que despertamos para poner en vivencia los anhelos.
Con la sensibilidad en acción, alteramos la realidad para que las ideas nobles enamoren a todos. Es creación artística.
Buscamos deformar los rasgos más feos de nuestra personalidad para sustituirlos por virtudes que siempre han existido muy dentro nuestro, en la propia sangre.
La fantasía es nuestro instrumento de cambios. Es la gran fuerza que permite rectificar cada detalle de este mundo gastado, cansado y rutinario.
Esta gran hermana siempre interviene en los procesos creativos. Nos guía hacia posibilidades y diseña respuestas para cada desafío. Es inagotable. Es una joya.
Sin ella no sería posible el conocimiento humano. Es parte de nuestro cerebro. Nuestro derecho. Con ella encontramos libertad y felicidad.
La fantasía nos ayuda a ser como niños, sin avergonzarnos de inventar. No debemos hacer algún tipo de reservación para utilizarla. Es ilimitada y está siempre disponible.
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Dibujo: Freepik
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