Emisarios de Ilusión

Odisea en viajes: hacia Varsovia, Polonia


Cuando llegamos a Varsovia, Polonia, el clima no era muy ameno y además tuvimos mucho estrés esperando un vuelo desde Nashville, Estados Unidos con escala en New York. Nunca nos había pasado algo así, 11 horas esperando. Todo se retrasó.

Llegamos tardísimo a New York y todos los hoteles estaban llenos… Queríamos solo dormir un poco para luego decidir cómo continuar. Nuestra mente no estaba clara. De tanto buscar, regresamos al aeropuerto de New York. Nos sentamos en una esquina con frío a buscar algún hotel (un poco más lejos) que nos recibiera temprano.

Solo recuerdo que se escuchaban niños llorando, mucho estrés por todo lado, gente acelerada y desesperada. Lo que nos mantuvo tranquilos fue un mensaje de mi padre cuando estuvimos escribiéndonos por WhatsApp: Ahorita sale la luz… Y en serio… De repente salió el sol y de paso un grupo de judíos ortodoxos que caminaban frente a nuestros ojos… ESO VERDADERAMENTE NOS DIO PAZ Y ESPERANZA porque sentíamos que ya no podíamos más. 

En Varsovia los primeros días estuvieron feos, estuvimos enfermos y agotados. Cuando logramos levantarnos y cuando la ciudad comenzó a ser un poco más colorida, nos incorporamos a un Congreso que estuvo interesante (nosotras no pudimos estar mucho en las charlas porque Esther, nuestra hija, perdía paciencia, pero en algunos momentos sí tuvimos ciertas nociones de los temas y conocimos a personas interesantes con conversaciones enriquecedoras).

También aprovechamos para ir al centro histórico. De hecho que nos trajo recuerdos de Cracovia (algunas partes lucían parecidas). ¡Hermoso! Varsovia está muy bien organizada. Ganó un premio como «Ciudad Accesible e Inclusiva». ¡Qué bueno haber sentido el sol mientras caminábamos! 

Visitamos un zoológico y un área de entretenimiento para niños pequeños pero lo que realmente nos enamoró fue el Stacja Grawitacja. Es un espacio de trampolines para niños y adultos que van por entretenimiento o profesión. De hecho habían muchos profesionales entrenando. ¡Todo se despertaba! Esther ama BRINCAR, nosotros también nos apuntamos y fue demasiado COOL y DIVERTIDO.

Por cierto, en el Congreso conocimos en persona a una periodista a la que una vez le hicimos un artículo sobre un encuentro de cubanos en Trinidad y Tobago. Estábamos desayunando cuando de repente se le quedó viendo a Esther a los ojos y le dijo:

— ¡Qué ojos más hermosos! Cuando estudié anglosajón e inglés antiguo me enseñaron que el «Eyen grey» es el color de las heroínas, pero el «Eyen grey» habitual NO significa «gris», sino más bien verde/azul. Este color es muy elogiado en la literatura inglesa (traducción realizada).

Este mensaje no lo esperábamos y sin duda fue toda una motivación, además amamos cuando hay explicaciones de palabras y juego de traducciones.

Finalmente cerramos con una cena muy acogedora en un restaurante con comida típica. La amamos. Mis suegros llegaron porque iniciaba un paseo familiar por diversos lugares europeos.

Este viaje nos sacó muchísimo estrés y la verdad nos agotó esa odisea, pero al mismo tiempo, seguro una mano invisible nos regaló energía nueva, fe, amor, tranquilidad, aventuras y momentos muy hermosos que valen contar y atesorar.

Si quieres recibir nuestros escritos y llenarte de luz, puedes suscribirte aquí.


Noticias Mi Ciudad

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.