ADN Energético

Pensamiento, decisión, sabiduría


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No es tanto estar o sentirse sólo, es el gran debate de pensar y no pensar. Diría que la enorme preocupación es sobre «acudir o no a la decisión». En realidad, llegaremos siempre a la decisión, porque al decir «no quiero pensar», ya estoy decidiendo. Pero este es un escape muy fácil y cobarde.

Otro gran dilema (y cabe reconocer su protagonismo) es el tema de la sabiduría. En este proceso de pensamiento y decisión llega esta gran compañera, disimuladamente y sin pretensiones de estorbo. De hecho, siempre desea por su alta experiencia y profesionalismo, intervenir en la vida.

Nada de esto es fácil y bajo ninguna de las situaciones en las que una persona se ve expuesta. Valga resaltar la completa agonía que siente nuestra alma al enfrentarse con estos tres elementos (pensamiento, decisión, sabiduría), pues nos elevamos con la incertidumbre y luego navegamos con expectativas.

Hay quienes etiquetan a la sabiduría como aquella que posee la habilidad de poner en funcionamiento la inteligencia y experiencia, pero me pregunto: ¿y cuándo nunca nos hemos expuesto ante fatal, escalofriante, emocionante, etc decisión? Allí parece que la experiencia e inteligencia quedan un tanto opacadas.

Efectivamente cuando pienso, he comprobado que mis decisiones no valen de simples experiencias (aunque también rescato detalles de vivencias). Creo más en el razonamiento y reflexión, pues la misma sabiduría es la profundidad intensa y misteriosa que nadie comprende…de hecho…jamás se comprenderá…no por algún buen
tiempo…

Pienso que su proceso puede hasta llevarnos a largos plazos. Creo que la sabiduría busca nuestra fidelidad y por supuesto nuestro crecimiento. Solo allí podemos conocernos a nosotros mismos, llenarnos y me atrevería a decir: encontrar el aire para esos sospechosos vacíos.

Christy Petri (Quesada Segura)

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