Un niño llamado Michoel adoptó un perro en un criadero y pronto descubrió que el perro tenía la capacidad de hablar ¿Tú qué harías si tu mascota pudiese hablar contigo?
Martes 20 de diciembre
Estoy muy contento, acaban de empezar las vacaciones de invierno. Eso significa: no tareas, no quiz de mate, no prácticas y no exámenes.
Sin embargo, desde hace mucho tiempo como TODO niño, llevaba pidiendo un perro, pero tuve que esperar porque mi mamá estaba un poco enojada, no sé porqué sería.
Miércoles 21 de diciembre
Recuerdan que quería un perro, hoy le pregunté a mí mamá y ella me dijo:
—Claro, una mascota te va a ser muy bien Michoel. Ve al coche y ponte el cinturón.
Me llevó a un criadero cerca de mi casa. Entramos y la dueña me invitó a visitar las jaulas.
No fue fácil de escoger, habían muchos perritos, pero de todos ellos, me gustó un Golden Retriever, macho y cachorro, era bien doradito.
La señora me preguntó cuál era mi elección, yo señalé la jaula con el perro. Lo sacó y fuimos a la entrada donde estaba mamá.
La señora y mi mamá empezaron a llenar el formulario de mi perro, entonces preguntaron por el nombre.
—Pues… lo…lock…Locky con O, contesté con emoción.
Finalmente, nos lo llevamos a casa con todas sus cosas como: comida, juguetes, correa, shampoo, collar, etc.
Jueves 22 de diciembre
Me la estaba pasando de lo más bien con Locky, es muy fiel. Como todo perro, está en su instinto.
Escuché que mis padres pensaban quedarse en un hotel en el campo, entonces Locky tenía que quedarse en la casa de mi tío, cerca del hotel. Ellos querían irse mañana en la mañana.
Viernes 23 de diciembre
Mi papá me despertó a las 3:00 de la madrugada, me dijo que me duchara y alistara a Locky.
El agua estaba fría, pero me sentía fresco.
Me vestí y alisté a Locky, salimos, nos montamos en el coche y le pregunté:
—¿Por qué nos levantamos tan temprano?
Mi mamá me explicó que era un viaje muy largo.
Cuando llegamos a la casa de mi tío y le dejamos a Locky, estaba muy preocupado porque él tenía un gato llamado Niddles.
Llegamos al hotel y nos instalamos.
Sábados 24 de diciembre
Íbamos a pasear por el campo, yo me estaba cambiando y se abrió la puerta del baño. Vi que era Locky. Y dijo:
—Ese gato me las va a pagar, yo no me comí el zapato.
—¿Puedes hablar? Es grandioso.
—¿Me entiendes?
—Perfectamente ¿Por qué te saliste de la casa de Tío? Debe andar buscándote.
—Su gato es el problema, es horrible, muy envidioso.
—Ya nos vamos Michoel, dijo papá.
Me fui afuera y escondí a Locky en mi chaqueta y le dije:
—Cállate amigo o nos metemos en problemas.
—Pero…
—Ssssh…
Nos montamos al coche y nos dirigimos a un restaurante.
Le susurré a Locky:
—Quédate aquí, si te portas bien te traigo un poco de comida. Que nadie te vea.
Entramos al restaurante, nos sentamos y nos dieron el menú. Luego pedimos lo que queríamos.
Nos trajeron el plato con la comida y me llevé un poco de sobras para Locky, pero papá me pilló y dijo que botara la comida.
Llegamos al coche y Locky me dijo:
—¿Tu promesa? Cúmplela.
—Sssssssh.
Llegamos al hotel y dije que debía ir al baño.
—Estafador.
—Lo siento, papá me pilló y no pude.
—Está bien.
—Y dime, ¿Los otros perros pueden hablar con los humanos?
—No, yo tuve el don, hasta hoy me di cuenta.
—Ve a donde tío, si no mis papás se darán cuenta de todo.
—No.
—Ven, solo falta un día.
—Bueno, pero me das 3 galletas de perro. Adiós.
Bueno, ya era hora de dormir, estaba bastante cansado.
Domingo 25 de diciembre
Hoy nos íbamos del hotel, no fueron muchos días.
Empacamos y nos fuimos. Nos dirigimos a la casa de mi tío, esperaba verlo enojado con Locky. Él dijo:
—Hola hermana, Locky se escapó y regresó, me pegué un susto tremendo, además se comió un zapato.
—Gracias hermano. Adiós, dijo mamá.
Nadie mencionó nada durante el regreso. Cuando llegamos a la casa, mi papá dijo:
—Ve a regañar a ese perro. Pobre tu tío.
Actué como si fuera a regañarlo, pero le dije:
—Toma 3 deliciosas galletas de perro.
—Gracias Michoel.
—Gracias Locky, tú eres mi perro y mi mejor amigo.
Autor: Juan Ignacio Fallas
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