Retsé

Historia III. Vagando por ahí


Moví los ojos, buscando y tratando de ubicarme. Estaba totalmente desconcertada. Un poco agitada. Con escarcha en mi rostro. ¿Acaso habrá sido un sueño? o ¿Divad SÍ existía? Lo sentía cerca, pero era imposible verlo.

Llegué a otro lugar. Estaba en alguna avenida en Buenos Aires. Tuve que acercarme a una señora, explicarle lo real de mi historia y enfatizar sobre la magia que sí pasó.

Andaba de visita. Hablamos y sonreímos. Ella me vistió y luego me fui a caminar. Sola. Creo yo. Como lo dije en algún momento: para desestresarme.

Caminé entre la muchedumbre… con dolor en mi estómago. Algo de gastritis, creo. Señal de comer.

Seguramente creen que todo ha sido irreal, pero sí ha sucedido. Algunas cosas con mis pensamientos (lo cual no es mentira).

Es una especie de encuentro y lucha en el mismo interior. Algo muy humano. Así somos: con necesidades, deseos y sucesos.

Me senté en un café. Los amaba, ¿sabían? No estaba triste, pero si con dudas. Es normal. Nos pasa a todos.

¿Les cuento la verdad? Yo andaba sola vagando por el mundo. Con una misión… Ya saben, una persona como yo solo puede imaginar, crear y vivir. He ahí la explicación del monte, de Divad, del Valle de las Leñas. De mis aventuras.

Perdón que les cuente esto, pero soy yo. Necesitan conocerme y aún más, acompañarme en todo este gran misterio. Veremos qué pasa.

¡Ah! Les cuento que en realidad paseaba por Argentina. Tenía dinero conmigo. Compré la ropa a la señora. Esto sí es cierto… pero lo demás también es verdad… para quien desee creerme.  No pude dejar de pensar en el collar de olivos. Ahora lo tomo fuertemente. Me aferro. No siempre es fácil. Divad te extraño.

 Noticias Mi Ciudad

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.