Navegar ahora en este mundo es complejo. Hay muchos océanos que albergan diversos niveles de conocimiento, y hoy, la sabiduría se vuelve nuestra protagonista en la era de comunicación.
Hay muchísima información que debe ser procesada por nuestros cerebros, pero poca sabiduría puesta en práctica. ¿Qué pasa además? Que las palabras se tienden a mezclar, lo que significa: confusión.
Esta situación está provocando que se adopten contextos inadecuados, con interpretaciones débiles, ensuciando nuestro entendimiento en lugar de darle vida al mundo.
¿Cómo funciona esa diferencia de términos? Veamos tres de los conceptos más importantes por aparte:
- Información: nos facilita algún dato sobre el mundo.
- Conocimiento: está por encima de la información. Nos demanda una comprensión de cómo los diversos datos de información encajan y revelan «verdades» del mundo. Nos pide un momento de interpretación.
- Sabiduría: se encuentra en el tope. Ella lleva un componente moral. Pone en práctica la información y el conocimiento, considerando la manera en que debería funcionar el mundo. Confronta en lo que debería y no importar; y el ideal esperado.
Por eso es importante detenerse y reflexionar tranquilamente antes de tomar decisiones, pero solo con ayuda se puede alcanzar. He ahí el valioso aporte de los «storytellers», quienes llegan a cumplir una función imprescindible, dar sentido a este mundo cada vez más enredado.
Los storytellers son urgentes en este nuevo universo. Cada uno ayuda a averiguar: ¿qué importa? y ¿por qué importa? El gran talento los dota de privilegios porque habitan por encima de la comprensión, de la información, del conocimiento. Así es, están en el tope, acompañando a la SABIDURÍA.
¿Cómo lo hacen? Con gran pasión y estilo. Utilizan muy bien las asociaciones, símbolos, alegorías, metáforas. Todo esto ayuda a otros a entender «algo», integrarlo con lo que ya conocemos y transmutarlo en SABIDURÍA.
El contar historias, crea valores que al interiorizarlos, provocan querer vivir con ellos para luego trascender. La buena historia no solo comparte, informa o acompaña a la SABIDURÍA, es más un proceso de auto-trascendencia.
¿Qué nos topamos entonces? Que la información se vuelve cada vez más barata y la SABIDURÍA, cada vez más cara. Al final, ella nos permite verdaderamente navegar gracias a los «storytellers», quienes son los capitanes, quienes finalmente tienen una única misión, contestar la pregunta de la existencia: ¿para qué estoy acá?
Dibujo: Freepik
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