Soñé con partes rotas de un cuerpo roto, en un corazón roto que vivía en un mundo roto.
Soñé que vivía en un mundo de palabras moviéndose de forma circular, mándalas vivas llenos de letras, que a la vez contenían más letras girando en forma de espiral.
Y mientras soñaba, llovían letras y palabras con acentos de relámpago que encendían todo a su paso.
Soñé que era un verbo dentro de una oración metafórica en algún poema universal. Mi corazón estaba ilustrado por un dibujo y mis órganos eran representados por palabras de compasión y amor.
Los sonidos de la sangre bombeando el cuerpo se convertían en notas musicales y cuando inhalaba, los pulmones transformaban el aire en más palabras, bellas, mágicas… vivas.
En medio de la agitación de la noche me enteré que faltaba una palabra. La sinfonía estaba incompleta. Y entonces desperté. Aún con los ojos cerrados y viviendo en este mundo paralelo que llevo dentro, sentí la pertenencia a un mundo roto, dentro de un cuerpo roto, con un corazón roto lleno de palabras rotas, porque mi mundo inventado no podía ser de otra manera, porque así como está, es pleno, libre, feliz.
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Autora: Nathalie Prado
Dibujo: Freepik
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