Retsé

Historia XV. Rastros en el camino


Algo estalló. Era como éxtasis sucumbiendo de un lado a otro. A veces aumentaba con el sonido de algún instrumento sin nombre. Nuevamente aparecieron letras variadas de esas coquetas, esta vez sobre la mesa. Allí, donde estábamos celebrando con delicias. Allí, donde amanecían los olivos enredados… y enredándonos. Tuve que interrumpir todo. Me dio mucha pena pero debíamos hacer algo.

— ¡Amigos! Necesito irme y ustedes se van conmigo. Tengo una excelente idea y sé que esto les va a gustar. Las buenas acciones se pueden hacer en todo momento y lugar, así que movámonos.

Comenzamos a caminar. Sin tiempo, ni dirección. Creo que el mapa estaba muy claro para mí, lo entendía en alguna neurona con conexión en la bomba del corazón.

Historia XV. Rastros en el camino

En Petra se escuchaban como campanas (así llegaba a mi mente), mas el ruido de turistas por la noche. No sentía miedo, pero había una especie de incomodidad que fue mi GUÍA. Iba tan rápido que en un momento choqué con alguien.

— Perdón, pasa tú primero, me dijo esa voz tranquila.

— Gracias, dije.

Y cuando intenté dar el paso, ambas avanzamos a la derecha y luego a la izquierda.

— ¿Bailamos?, dije riendo.

— ¿Por qué no? Tal vez eso es lo que necesitamos, contestó ella.

Y de verdad lo hicimos. Sin conocernos, ni hablar, comenzamos a movernos.

— ¿Retsé, qué estás planeando?, preguntó Ariel un poco extrañado cuando vio que estábamos como “bailando”.

— Sinceramente quiero hacer una buena acción y creo que guiados por alguna mano invisible se me apareció un SER humano. Estoy interactuando y creo que es parte de nuestra misión: AMAR.

Despertar2

Al cabo de 10 minutos de intensos pasos, mis ojos sospecharon de partículas sucias en el ambiente. Un tipo de mareo como de costumbre. Era un microcosmos con un gran conflicto, ya venía de tierras cercanas, pero parecía que la base se generaba allí, algo así como una máquina de producción.

Jordania estaba poblada mayormente por árabes, pero también existían algunas comunidades católicas, armenias, kurdas, etc. Sinceramente no entendía el por qué de las disputas, por eso me atreví a preguntar:

— ¿Cuál es el motivo del problema?, le pregunté a esa alma.

— Me parece que la falta de amor e incremento de odio.

— ¿Cómo? ¿De quiénes?

— De todos. Es lo único que sabemos. No entendemos por qué pasa.

— Tengo una idea. ¡Por favor!, ayúdenos a conseguir toneladas de agua (haciéndole gestos a Jadá, a Ariel y a Divad para que se apresuraran). Por cierto, aún no nos hemos presentado, pero bueno, después nos sentaremos a conversar. ¿Qué tal si nuestra buena acción es contagiar a otros con el baile y así nos unimos en esta noche sin importar la religión?

Despertar3

Rápidamente y como por arte de magia, mis amigos trajeron baldes con agua. Juntos la derramamos en esa ciudad para purificar, pero también para llamar la atención.

Allí en medio y con miles de personas apreciando el espectáculo, Divad, Jadá y Ariel también entendieron el mensaje corporal y buscaron a su pareja de baile.

Desde un restaurante comenzó a sonar la música más fuerte. Otras personas también se unieron sobre una pista que de un pronto a otro tenía apariencia de cristal.

Las reacciones eran irreconocibles, como expresiones de anhelos guardados, marcados y esperados… reacciones proyectándose sobre ese cristal.

Creo que fue un excelente experimento-iniciativa para arrancar la noche… pero como siempre… detalles que aparecen con la esperanza de lograr una eterna hermandad.

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