Llega la Princesa Nois, la mensajera de olivos secretos. En el más alto monte se deleita. Arco iris, dulces, nubes, amor con brillo de estrellas, valentía con sonrisas sinceras… Calidez por día, suma de besos con alegría. Preparación para el banquete. Fiesta de corazones jóvenes.
Ella llena de buenas noticias… Mi Ciudad… Cada problema o tormenta se transforma en una oportunidad de ilusión, exaltación, fruición. Sigue el potencial noble con el motor de propósitos eternos.
Da la bienvenida con su virtud de mujer. Lleva empatía y con sus ojos canta la poesía de la vida. Alabanzas, alabanzas… Una bienvenida a su Majestad. Que inicie la celebración por siempre.