Retsé

Historia IX. Creando magia


Música llenó el vacío que estaba sintiendo, precisamente por la perturbación de tan grande incidente con mi sangre. Había una especie de show deslumbrante. La voz del genio se expandía por todo el terreno. Era algo muy eufórico, como adrenalina patinando con poderes. Me sentía enamorada, en realidad, impactada. Era un concierto solo para mí. Escuché la voz del genio cantando “Silent Lucidity” de Queensryche:

“Silencio ahora, no llores…
Aquí está, otra oportunidad
Bien despierta te enfrentas al día
¿Tu sueño ha terminado o solo ha iniciado?

Hay un lugar donde me gusta esconderme
Una puerta que corro en la noche
Relájate niña, tú estabas allí…
Es un lugar donde aprenderás
Esta nueva dimensión mágica…

Voy a vigilarte
Voy a ayudarte a ver a través de…
Te protegeré en la noche
Estoy sonriendo junto a ti, en la lucidez silenciosa

Visualiza tu sueño
Anótalo en el tiempo presente
Pónlo en una forma permanente
Si persistes en tus esfuerzos
Puedes controlar el sueño
Sueño de control
Abrázame”.

Creando magia. Retsé. Parte I

 

— !Albeeeertt Eeeeinsstteeein!, comencé a tartamudear.

Estaba en una de las situaciones más impresionantes de mi vida. Me encontraba frente a Albert Einstein. Su voz, su cabello, su mirada. Era él. Mi loco, científico y genio. En sus inicios fue un completo desconocido, pero después, no ha dejado de brillar y palpitar en el corazón de muchos. Como el mío.

— Ok Retzer.

— ¡No! Es Retsé. Y con “s”.

— Perdón, tu me entiendes.

— ¿Qué vamos a hacer? ¿Qué te trae por estos rumbos?

— Mucho. Algo o alguien me llamó. Yo vengo a colaborar. Sé que soy físico, pero esta vez haremos locuras con la química. Estamos en un pueblo llamado Putre, ubicado en Chile.

— Qué bueno que lo sabes porque yo desperté en un cuarto sin tener noción de espacio.

— Sí, mira. Putre es uno de los pocos lugares en altura. Si mi cerebro no falla…

Era tan cómico, hacía una expresión inusual y gestos como contando. Seguro le estaba sacando hasta la raíz cuadrada y jugando con la gravedad.

— Está ubicado a 3550 metros. Es un lugar muy bello. Solo tiene como 1500 habitantes, prosiguió con elocuente aspecto.

— Cuando caminé por ahí y vi alrededor, parecía como otro país. Me refiero, algo distinto. No convencional.

— Sí. Totalmente de acuerdo. De hecho, muchos lo confunden con Bolivia, ya has visto a algunos con trajes bolivianos. Perfectamente podríamos pensar que nos encontramos en Bolivia o Perú.

— Cierto. Pensé en Bolivia.

— Vamos a ir a mi cuarto secreto. Una puertita en el tronco de este arbolito. Allí está mi laboratorio.

Creando magia. Retsé. Parte II

Entramos. Allí relucía explícitamente el arte. Su arte. 

— Como te contaba… Putre posee riquezas. Una de las antigüedades más reconocidas es su iglesia, construida en 1670, pero destruida por un terremoto. Cuentan que estaba cubierta de oro y plata. Y yo tengo su oro.

— ¿Ah sí? Quiero verlo.

— Pronto, lo usaremos. También te necesito. Más específico, necesito tu sangre.

— ¿Ah?¿Por qué? De hecho quiero saber qué está pasando allí afuera. La gente está muy extraña y yo también me siento perturbada, como si mi sangre se quisiere salir. Ya paró un poco, pero ando preocupada.

— Por eso estoy acá. Sé que te está pasando algo. Tu sangre está muy coagulada y al mismo tiempo parece una serpiente, caminando con movimientos ondulados por tu cuerpo. Tenemos un láser externo, genera calor en las nanopartículas de oro. De hecho es un descubrimiento un poco contemporáneo. Lo estuve estudiando. Aún no se aplica mucho. Estas nanopartículas de oro se funden, liberan una energía y se componen de moléculas de ADN. Cuando se une a la trombina (enzima glucoproteínica), quita la coagulación. Con esto lograríamos una sangre fluida. Esto nunca ha sucedido con oro y sangre, mucho menos liberando dosis tan altas de ADN.

— Entiendo el procedimiento pero ¿es malo o no? ¿Con qué contribuiría esto?

— Tu sabes que puedes descomponerte en partículas. Necesitamos desintegrarte completamente logrando una sangre mucho más fluida. Pensándolo bien, te haremos mejor como vapor. Allí afuera la gente se está muriendo por una bacteria extraña que anda flotando y nadie ha podido actuar. No saben cómo. Tu desintegración entraría en combate con esas bacterias que no son visibles.

— ¿Entonces yo sí podría verlas? Sería como si mi vapor luchara contra éstas para salvar al pueblo. El secreto sería mezclar las nanopartículas de oro con esas proteínas, bueno, enzimas glucoproteínicas, para que absorban más ADN.

— Exacto. Vamos a iniciar.

Einstein inició su trabajo. Usó oro, pero inevitablemente se combinó con el mío, del collar de olivos. Yo hice mi parte. Tomé agua, toqué mi collar y comencé a desintegrarme. Allí Einstein me tomó “en partículas” y comenzó a hacer la mezcla, nuevamente cantando “Silent Lucidity” de Queensryche.

Creando magia. Retsé. Parte III

La mezcla ya estaba lista. El genio salió de su laboratorio, se subió en el techo de un edificio y me lanzó. Allí iba yo, como vapor rojo, tal como lo había explicado Einstein. Podía ver esas bacterias. Hasta me escalofrié (obvio que al sentido de vapor). Yo misma sonreía de solo imaginar el «escalofrío». Era algo espantoso. Esas bacterias eran horribles, horribles. Me tocaba pelear contra ellas y llevarme una para estudiarla.

No sabía que debía hacer, lo bueno es que me desintegré con tanto ADN, agua y ORO que eso parecía expresar su máxima fortaleza ante estos maleantes invisibles. Obvio que no podía hablar con ellas, pero sí correr detrás. Eso hice, acabar con las partículas externas en el ambiente. No podía penetrarme en la gente, pero ya verán lo que haríamos.

Al terminar la tarea, me fui rápidamente antes de que se me escapara la última bacteria en el aire. Einstein me tomó nuevamente y retorné a mi estado natural por medio del árbol, como sucedió por primera vez en Uruguay.

— Acá está. No sé qué es, pero tendremos la facilidad de estudiar la bacteria y acabarla, dijo Retsé.

— Sí, exacto. Vamos a estudiarlo y buscar el antídoto para devolverle salud a este pueblo.

— De acuerdo Einstein. ¡Ahora sí! Como lo dijiste a tu llegada: INICIEMOS… Bueno CONTINUEMOS.

Creando magia. Retsé. Parte IVNoticias Mi Ciudad

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.